En esta época, cercana a fin de año, veo, leo y escucho que es tiempo de hacer balances o de reflexionar sobre el año que va terminando. Y me surge la pregunta, pa' que? Porque estamos obligados a hacer un "resumen de cuenta" de aquello que nos sucedió?
Quizás no sería algo mejor, e incluso hasta más sanador, simplemente seguir mirando hacia adelante. La vida no se cierra porque se cierra el año. La vida es camino andate sin tiempos, sin días ni horas, ni 12 de la nochevieja, no? Es mi forma de verlo.
Animarse a seguir dando pasos, a pesar seguro de muchos dolores, incomprensiones, decepciones, pero seguro también con alegría, risas, felicidades. Ahí esta el equilibrio y ese bendito balance, aprendemos de las experiencias del pasado pero no nos machaquemos con ellas porque se termina el año y parece meternos presión para hacer un cierre obligatorio.
Nuestra cotidianeidad no se cierra, sigue, o no?!? Nuestra vida no se cierra...
Veo yo al fin de año como un paso, como la apertura de nuevas oportunidades, de nuevos horizontes, de encontrarnos con nuestros sueños, de pensar otros tantos sueños... De realizaciones y de cosas seguro quedarán en el tintero pero quizás por algo deban esperan, porque también dejamos espacio para dejar entrar novedades que revolucionen nuestro andar.
¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!